SONO LANDON en esperanto significa: tierra sonora. Entre este paisaje digital rodeado de bits, elijo sembrar en esta virtualidad de la nada, mis trabajos vinculados al espacio sonoro. Una palabra veloz en el aire, una nota suspendida en el espacio, un ejercicio para matizar el silencio.
SONO LANDON in Esperanto means: earth sound. Among the digital landscape surrounded by bits, I choose to plant in this virtuality of nowhere, my work related to sound space. A quick word on the air, a note suspended in space, an exercise to refine the silence.

martes, 20 de agosto de 2019

El roce de las voces / L. Bravo + JA Italiano + Orquesta de Poetas (2019)


EL ROCE DE LAS VOCES / Luis Bravo + Juan Angel Italiano + Orquesta de poetas

Álbum grabado el miércoles 14 de noviembre de 2018 en Estudio Berequetúm, La Blanqueada, Montevideo, Uruguay.
Voces: Luis Bravo / Juan Ángel Italiano / Federico Eisner / Fernando Pérez / José Burdiles / Pablo Fante.
Ingeniero de sonido: Luis Ravizza. Mezcla y masterización: Pablo Fante. Imagen de portada: Pablo Fante / Federico Eisner. Diseño gráfico: Esteban Grille. Registro audiovisual: Cristo Riffo.
Fotografías: Cristo Riffo / David Giménez Alonso


El acarreo de las voces: génesis y proceso de…

En esta orilla del Plata, conocimos a la Orquesta de Poetas desde sus inicios (2011) gracias a los envíos de material por parte de Felipe Cussen. Luego hubo correos y, acaso, un primer y fugaz encuentro con Federico Eisner, visitando familia por el pago. Pero con la Orquesta recién nos conocimos cara a cara en 2015, compartiendo escenario en el ciclo de poesía Kalima tiene la palabra, en su primera actuación montevideana con temas de su disco Declaración de principios (2014). A cargo de la sección Poesía y Performance de la revista Alter/Nativas (Ohio University), propuse a la Orquesta para el Número 4, que se publicó en la norteña primavera de ese 2015: alternativas.osu.edu/es/issues/spring-4-2015/ poetryperformance2/vesely.html Establecimos entonces un vínculo más estrecho con Federico. Nos motivó la reflexión teórica sobre las relaciones entre poesía, sonoridad, música, y las puestas en voz que componemos desde allí. Muy poco antes de mi partida por dos años a Notre Dame University, a mediados de 2016, Fede vino a Casa Soles, donde me place recibir a los amigos. En septiembre de 2018 fui invitado a la tercera versión del Festival de Poesía y Música PM en Santiago de Chile. Le propuse a la Orquesta presentar juntos dos poemas que ahora integran el repertorio de este disco: “Augusto deja los Campos sonoros en acción” y “El roce de las voces”. Eso sucedió de maravillas con apenas un momento previo de ensayo, y gracias al soporte técnico de Gonzalo Henríquez y su troupe. También gracias a esta poética que nos une con los Orquestas: Fede, Pablo Fante, Fernando Pérez. Las tres efes, según los apodé por esos días. Cua do Martín Barea Mattos los invitó a participar del 4º Mundial Poético de Montevideo (noviembre de 2018), tuvimos ocasión de volver a escena juntos… Y de ahí la gestación de este disco. Con Juan Ángel Italiano veni os trabajando juntos desde hace años. Recientemente, publicamos dos discos a dos voces (Paso de los Trovos/100 DaDá, 2016; FonoZoo Ferreiro, 2017), sumados a otros trabajos de improvisación grabados con John Bennett y Catherine Mehr Bennett (En la vuelta de la voz, 2013). Esta visita a Montevideo de la Orquesta (reforzada con el percusionista José Burdiles y el visualista Cristo Riffo) era la ocasión ideal para reunirnos nuevamente con Juan A. Italiano y aprovechar la notoria afinidad poético-sonora de todos los involucrados. En sendos correos de ida y vuelta, formulamos un repertorio para participar en los escenarios del Mundial y, en paralelo, para grabar en estudio. Esa mañana de un miércoles 14 de noviembre, bizcochos y mate de por medio, nos juntamos en un cuarto del hotel Splendido que da sobre la calle Buenos Aires, haciendo proa con Bartolomé Mitre y Bacacay. Ahí pusimos voces a la obra, teniendo de público al poeta zaragozano David Giménez Alonso –quien hizo algunas de las fotos de este álbum. Luego, hacia el mediodía, entramos en el Estudio Berequetum (de ahí el título de la improvisación “sURSONATE / Ursberequetúm”) y salimos con el disco bajo el brazo, que viajó rumbo a Chile para su edición final. Ponerse de acuerdo entre siete artistas que nunca habían trabajado juntos era todo un desafío. Pero el tiempo voló, la grabación fluyó con la misma onda con que lo hizo en escena, disfrutando de su hechura. Luis Ravizza en el sonido nos siguió la cabeza y cuidó pasó a paso el registro de los temas. Hay un espíritu comunitario que a veces la creación en equipo propicia, y ese espíritu reinó esa tarde entre estos cultivadores y —por qué no decirlo— apasionados estudiosos de la experimentación poética. Hasta en la mezcla, que hizo con su generosa capacidad de músico y editor Pablo Fante, tocamos todos de oído, ya vía email. Es decir, no son sólo la composición y los arreglos vocales de estos poetemas (como gusta decir Martín Gubbins) los que pueden (o no) apreciarse según la oreja y el gusto de cada uno, sino que hay algo en el proceso creativo y productivo (en este caso van juntos) que da lugar a lo que llega ahora a vuestros oídos. En otras palabras, en la forma de hacerse está, en buena medida, el resultado de estas puestas en voz. Y eso, para mí, también es poesía. No está demás decir que este es un puente sonoro —de acentos y tonos, de timbres y modismos, de variedades dialectales de la lengua— que atraviesa de un lado a otro, de ida y vuelta, la tremenda cordillera que se alza frente al Pacífico y la Banda Oriental del Río de la Plata. La emoción de percibir esas texturas sonando conjuntamente, eso que solo las voces acarrean y que los textos impresos nunca podrían ofrecer, es la sustancia poética que este “roce de las voces” ofrece y celebra.

Luis Bravo
Casa Soles, abril 2019. 

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